Cocina para diabéticos
¿Qué es la diabetes?
Se define por la alta cantidad de glucosa en sangre y señala
la existencia de un conjunto de enfermedades crónicas. El 50% de las
personas que la padecen no lo saben, de modo que no realizan ningún tipo
de tratamiento y están expuestos a sufrir las consecuencias de no atenderse
a tiempo. Su diagnóstico es fundamental para que el paciente esté
controlado y evitar así males adicionales.
La diabetes en realidad no es una enfermedad sino un conjunto de enfermedades
que tienen en común el aumento de la glucosa en sangre (hiperglucemia).
Este cuadro se detecta mediante dos exámenes fundamentales: el test de
glucemia y la prueba oral de tolerancia a la glucosa o curva de glucemia, dos
elementos fundamentales para realizar el diagnóstico de diabetes.
Nuestro cuerpo transforma lo que comemos en azúcar. La insulina transporta
el azúcar desde nuestra sangre hasta las célula, de modo que las
células puedan utilizarla para energía. Diabetes significa deficiencia
en la producción y utilización de la insulina por parte del cuerpo.
La falta total o parcial de insulina en el organismo produce presencia de glucosa
en sangre por encima de los valores normales.
Con el paso del tiempo, los niveles altos de azúcar en la sangre producen
desórdenes metabólicos que a su vez generan otras enfermedades
con distinto nivel de importancia. Para prevenirlas es fundamental saber si
se es diabético.
Síntomas clásicos
Se conocen como las cuatro P, y son: | |
Poliuria o aumento de la cantidad de orina eliminada en el día. Es importante recordar que otras enfermedades también pueden dar este síntoma. |
Polifagia o apetito exagerado, entre otras cosas originado por la pérdida de calorías por la glucosa eliminada en la orina; aunque el paciente se alimente, las células del organismo no tienen glucosa (energía) y se estimula el apetito. |
Polidipsia, consecuencia del estado anterior (al orinar demasiado el paciente presenta una deshidratación que estimula el centro cerebral de la sed y esto lo lleva a ingerir mucho líquido). |
Pérdida de peso, consecuencia de la mencionada dificultad que experimenta la glucosa para penetrar en las células, lo que termina eliminándose por la orina (glucosuria). Por ello el paciente come mucho, pero adelgaza. |
Otras señales de alerta
Infecciones urinarias. La presencia de glucosa en la
orina es un factor de riesgo predisponente de infecciones urinarias. Los diabéticos
mal controlados o los que no saben que lo son suelen tener infecciones renales
a repetición debido a que a veces, luego de ser tratadas con antibióticos,
reaparecen a los pocos días o semanas. En esos casos es necesario hacer
una glucemia o una curva de glucosa para confirmar o descartar diabetes.
Infecciones genitales. Se las conocen como balanopostitis en el hombre y vulvovaginitis en la mujer. Es una irritación dolorosa en los genitales (vagina o pene) provocada por bacterias u hongos que invaden estas zonas con facilitad cuando hay glucosa en exceso.
Ulceras en miembros inferiores. Cuando en una persona que no es diabética aparece una lesión en miembros inferiores que se infecta con facilitad y no mejora con el tratamiento habitual en los tiempos esperados, es necesario descartar diabetes.
Visión borrosa. Es un síntoma que aparece en un diabético que ignora su condición, por los cambios bruscos de glucemia que ocurren como consecuencia de ingestas elevadas de hidratos de carbono. No reviste de gravedad, pero puede sugerir el diagnóstico.
Algunos tipos de diabetes
Los
dos tipos más frecuentes son los denominados tipo 1 o insulino-dependiente
(10%) y tipo 2 o no insulinodependientes (85-90%).
Mientras el 90% de los casos de diabetes tipo 1 aparece entre la infancia y
la adolescencia, con una fecha relativamente certera, la diabetes tipo 2 conocida
como diabetes del adulto (que aparece generalmente luego de los 40 años),
puede llevar años de evolución y por lo tanto, a diferencia de
la primera, puede ya tener alguna complicación instalada. Por esto es
fundamental estimular el diagnóstico precoz en aquellos pacientes de
riesgo como obesos, familiares con diabetes tipo 2, mujeres con antecedentes
de abortos espontáneos, pacientes con hipercolesterolemia, hipertensión
arterial ó aquellos con aumento del ácido úrico en sangre.
Tipo 1 (Insulinodependiente) |
|
Edad de inicio | Generalmente (el 90%) en la niñez y la adolescencia |
Incidencia | Representa hasta el 10% de los diabéticos |
Peso al inicio de la enfermedad | Delgados o de peso normal |
Causa primaria | Déficit en la síntesis de insulina |
Síntomas | Muy sintomática (poliuria, polidipsia, polifagia y adelgazamiento) |
Tipo 2 (No insulinodependiente) |
|
Edad de inicio | Con frecuencia, después de los 40 años |
Incidencia | Afecta al 85% o el 90% de los diabéticos; el 50% ignora que padece la enfermedad |
Peso al inicio de la enfermedad | Mayormente obesos (el 60%) |
Causa primaria | Resistencia a la acción insulínica |
Síntomas | Asintomática o con muy pocos síntomas |
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