Contenido creado por Monica Forrisi

Cebollas: sanas y nutritivas

    

La cebolla es originaria de Asia Central, como el ajo y el echalote. En la Edad Media se la utilizaba tanto en la cocina como en farmacéutica. Pertenece a la familia de las liliáceas (ajo, puerro). La cebolla blanca se recolecta a finales de primavera y las de color se recogen a finales de verano. La cebolla de verdeo es la parte subterránea en forma de bulbo amarillo rojo violáceo de una pequeña planta, la cual tiene sus ramas verdes y redondas, huecas por dentro.

Se cultiva en todos los países europeos del Mediterráneo, así como en los países árabes; sin embargo el principal productor mundial es México. Planta de climas templados y no húmedos, necesita terrenos no calcáreos, sueltos, sanos, profundos y ricos en materia orgánica.

Sana y nutritiva, la cebolla esconde numerosas propiedades medicinales entre sus capas. Rica en minerales y oligoelementos, aporta potasio, fósforo, calcio, magnesio, sodio, azufre y, en cantidades menores: hierro,manganeso, zinc cobre y selenio, además de vitaminas C, E y ácido fólico.

De manera general, favorece el crecimiento, retrasa la vejez y refuerza las defensas orgánicas, sobre todo frente a agentes infecciosos. Para aprovechar al máximo sus propiedades, se recomienda comerla en crudo.

También es muy buena para todas las afecciones respiratorias y colabora contra el estreñimiento. Es un gran desinfectante, por lo tanto comerla sobre todo cruda, nos ayuda a protegernos contra enfermedades infecciosas.

En cuanto a sus aportes a la estética, la cebolla ayuda a combatir la caspa y la caída del cabello, además de limpiar y rejuvenecer el cutis.

Para los diabéticos, se recomienda incorporar cebolla en su alimentación. Es interesante su contenido en glucoquinina, una sustancia hipoglicemiante considerada la ''insulina vegetal''. Gran depurador de la sangre, colabora en su desinfección, eliminando impurezas y por tanto tornándola más pura.

En resumen, la cebolla estimula numerosas funciones orgánicas, pues es diurética, cardiotónica e hipoglucemiante. Tiene asimismo propiedades antisépticas y emenagogas (regulación del ciclo menstrual). Reduce, al igual que el ajo, la agregación plaquetaria (peligro de trombosis), así como los niveles de colesterol, triglicéridos y ácido úrico en la sangre.

La cebolla alberga un aceite esencial que contiene una sustancia volátil llamada alilo, con propiedades bactericidas y fungicidas.

Sus enzimas favorecen la fijación de oxígeno por parte de las células, colaborando en la función respiratoria.

Efectivo diurético, favorece la eliminación de líquidos corporales, siendo muy adecuada en casos de reumatismo, gota, hidropesía y edemas.

Estudios realizados sobre ratones, parecen demostrar, según investigaciones realizadas en Suiza, como la ingesta diaria de este alimento favorece el desarrollo del tejido óseo, disminuyendo en un 20 % la osteoporosis.

Desde el punto de vista nutricional, aporta sólo 38 calorías cada 100 g; sus componentes principales son agua (89%), glúcidos (8,6 g), fibra (1,6 g), proteínas (1,2 g) y grasas (0,2 g).

En la cocina, se recomienda consumirla cruda, pues la cocción destruye sus componente esenciales. Para que pierda parte de su fuerza, se la puede dejar macercando en aceite de oliva durante la noche. El mismo efecto logramos si la introducimos en agua con un poco de jugo de limón durante unos minutos. La ventaja de estos dos procedimientos anteriores es evitar que la cebolla pique, pero conservar sus propiedades.

Remedios caseros

En caso de gripe (tos, catarro, resfrío): Preparar el jugo de una cebolla junto con el jugo de 1 limón y 2 cucharadas de miel. Tomar caliente como si fuera un té.

Para el estreñimiento: Comer cebolla cruda ayuda al mejor funcionamiento intestinal.

Para la caspa y la caída del cabello: Realizar fricciones con jugo de cebolla, masajeando bien el casco. Utilizar dos o tres veces por semana.

Para el rostro: Extraer el jugo de una cebolla cruda y aplicarla una o dos veces seguidas, sobre el rostro, masajeando hasta que la piel absorba totalmente el líquido. Este procedimiento limpia y rejuvenece la piel de la cara, ya que favorece la eliminación de impurezas.

Como diurético: Machacar 50 g de cebolla y macerar durante un día en un litro de vino. Tomar 3 copitas al día.

 

 

LAS RECETAS

Revuelto Gramajo

Papas saltadas con panceta y cebolla

Cebollas rellenas

Chutney de manzanas y cebollas

Tarta de cebolla y queso - light

Cebollas glaseadas

Tarta de zucchinis y cebollas

Sopa de cebolla

Tortilla de papas

Cebollas gratinadas

Tarta de cebolla con queso blanco - light

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